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¿Es el helado digestivo? Desde tiempos remotos se sabe que los cítricos, y en
especial el limón, son colesistokinéticos (es decir, que ayudan a una mejor
función vesicular). Así, un helado de limón después de las comidas ayuda a que
la vesícula trabaje mejor. Pero los otros helados no aportan ningún beneficio
digestivo y, en algunos casos, incluso, pueden perturbarlo.
- ¿La lechuga previene el cáncer? Sí, las diferentes clases de lechuga y verduras de hojas verdes contribuyen a
disminuir el riesgo de cáncer, en especial el de estómago. También puede
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el infarto y las cataratas
por su contenido en vitaminas C, E y carotenos, especialmente alto en las hojas
más externas.
- ¿Comer zanahorias mejora la visión? Sí, La
zanahoria, junto con las verduras de hoja, el zapallo y el durazno son ricos en
vitamina A. Y hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce menor visión en
la penumbra (nictalopía).
- ¿La espinaca da fuerza? Sí, pero no tanto como se cree.
Utilizada en Occidente desde hace 500 años, su consumo se popularizó a partir
de la década del 50 porque una mala trascripción de un informe científico le
adjudicó diez veces más hierro del que en realidad contiene (23 mg cada 100 g) y Popeye hizo el
resto. Sin embargo, pocos saben que supera a la zanahoria en betacaroteno, y
que 3/4 de taza de espinacas cocidas proveen el 100% de nuestros requerimientos
de vitamina B6, 50% de la vitamina C, 25% de ácido fólico y un sorprendente
300% de vitamina K. También provee hierro y potasio, es 100% dietética, libre
de grasa, y sólo aporta 23 calorías por taza.
- ¿La cebolla contribuye a la longevidad? No, es un
mito. Lo que está comprobado es que tiene propiedades para mejorar los niveles
de colesterol sanguíneo. Además es rica en selenio, un mineral que se encuentra
en pocos alimentos y es antioxidante.
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